Las víctimas, militantes de distintas organizaciones populares del distrito, fueron acompañados a la lectura de la sentencia por amigos, familiares y por una nutrida delegación de la CTA local.
Pese a no estar satisfechos con el monto de la pena -los abogados querellantes de la CORREPI habían pedido una pena de 25 años-, los presentes recalcaron la importancia de haber logrado encarcelar al torturador, quien hasta ayer se encontraba en libertad. Los otros dos policías procesados por los mismos hechos, continúan prófugos de la justicia.