(Por Gabriela Rosso) Desde aquel otoño del 2006, cuando las multitudinarias asambleas del Bauen dieron por tierra con una legislación hecha a medida del sindicalismo empresarial, hasta este invierno de 2009, que nos dejara en su despedida una media sanción en diputados de la nueva ley de comunicación, los músicos argentinos han venido transitando un camino de reencuentro, compromiso y participación, que redunda en conquistas y organización. Estuvimos con Gustavo Zurbano, Secretario General de la Unión de Músicos en CTA, una de las tantas voces que nuestra Central aportara en las recientes audiencias públicas para discutir dicha ley. En esa instancia, su exposición contuvo algunas demandas que engrosarían luego las varias modificaciones que alcanzó el texto original de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual.

Gustavo, ¿en qué consiste el aporte que los músicos han hecho al proyecto de la ley de comunicación?

Si nos referimos a los músicos en general, hay muchísimos aportes. Vaya como ejemplo: El Consejo Federal, que es una suerte de contralor de la Autoridad de Aplicación, deberá tener entre sus miembros un representante de las sociedades gestoras de derechos.

¿Qué o quienes son?

Son aquellas asociaciones que protegen los derechos de autores, compositores o intérpretes. SADAIC, AADI en nuestro caso. SAGAI , ARGENTORES para actores, guionistas o dramaturgos.

¿Cuál fue la propuesta que integró al proyecto la UdeMus?

En realidad, la Unión como tal no integró ninguna propuesta al proyecto. Fue nuestra Federación la que recorrió el país que como tal podemos recorrer, con una serie de propuestas que se suman a los logros ya mencionados. Hablo de la Federación Independiente de Músicos de la Argentina.

¿Qué párrafo de la ley de comunicación le pertenece a FIMA entonces?

Hay dos. El primero es el que refiere al porcentual de música nacional en radio y dentro de él la cantidad de música producida de modo independiente, Me refiero al artículo 57 que asegura un 30% de producción nacional para la emisión radial, obligando a que la mitad (15% del total) sea independiente. UdeMus propuso agregar sin éxito, el término “autogestivo”, con el propósito de que ningún sello nacional, o testaferro multinacional, se arrogue derechos bajo pretexto de ser “independiente”, en desmedro del compañero que efectivamente lo es. De todos modos el párrafo está prolijamente redactado y es completa factura de los compañeros de UMI.

¿Y el segundo?

Cuando la presidenta presentó el anteproyecto, nuestra Unión estaba feliz por ver reflejados los 21 puntos en los que modestamente y desde la Coalición, habíamos colaborado en consensuar.

Parte de ese trabajo lo fuimos realizando en simultaneidad con el de nuestra ley de la música.

Inclusive, al interior del espacio habíamos insistido, con diversa suerte, para que los músicos nos pronunciáramos a favor de una nueva ley de medios.

Ya con el texto en la mano, advertimos que este preveía destino de fondos al Instituto del cine, del teatro, y otros similares. Pero los obviaba hacia el fomento de la música.

En la gatera de los foros por provincia, alertamos en FIMA acerca de esta falencia y a partir de allí si, nos encolumnamos como Federación a interiorizarnos por la ley de comunicación y su contigüidad con nuestro anteproyecto.

Salimos por los foros en casi todos los lugares donde hay federación. Afinando el discurso sobre la marcha -los neuquinos sumaron el concepto de “música regional”, para que lo “nacional” no se morfe a lo “local”- y en cada sitio, esto es Mendoza, Capital, Río Negro, Neuquén y La Plata, pedimos por un porcentaje reservado para el inminente futuro Instituto nacional de la música.

Lo mismo repetimos recientemente en las audiencias públicas. Aquí en la del Congreso lo hicimos el compañero Boris que preside la Federación, Aldana que encabeza la UMI y yo por UdeMus. Mientras que en la audiencia “trucha” que los monopolios armaron en Mendoza, Carlos Casciani, vice de la FIMA, hizo lo propio encabezando el MIMM.

En el medio nos reunimos con todos los involucrados que estuvieron a nuestro alcance. Autoridades de COMFER, Télam, Sistema Nacional de Medios. Diputados de todas las procedencias que fueran afines a la ley de comunicación y sensibles a nuestro anteproyecto. No nombro a ninguno para no ser injusto con los 147 que dieron la aprobación en general y a nuestro reclamo en particular. Pero puedo si decirte que todos los legisladores que provienen de nuestra Central tuvieron oídos y aceptación al pedido, proviniera de nosotros o de cualquiera de las otras organizaciones que constituimos FIMA. Y aquí en el centro o en las provincias más lejanas.

Finalmente obtuvimos la modificación del artículo 97, para que AFIP destine un 2% de la recaudación que habilita la ley, para el Instituto Nacional de la Música.

Éxito en lo financiero. Exitazo en lo político.

Que en el texto de la media sanción recen los términos “Instituto de la Música”, es un espaldarazo para alcanzar nuestra ley. Además de corregir una ausencia imperdonable en la de medios.

¿Y a partir de ahora qué?

Disfrutar un cachito. Parar la pelota. Valorar el trabajo realizado. Justipreciar los esfuerzos de cada uno. Repasar los modos para construir consensos entre parecidos tan distintos, que vamos aprendiendo que somos más parecidos y menos distintos entre nosotros, los músicos, y todos los otros.

Y luego, ahí nomás inmediatamente, otra vez en guardia porque viene el segundo round. Definitorio para la pelea por la ley de comunicación. Para la otra, para la de nuestra ley y nuestro Instituto, decisivo para seguir la pelea.

Y en ese sentido ahora, durante todos los sábados de octubre, realizaremos como Federación y junto a UMIred, un ciclo de recitales en el ECUNHI, ese espacio cultural que las Madres le arrancaron a la Esma. Allí, con presencia de músicos de todas las estructuras de FIMA y el aporte solidario de grandes nombres -Liliana Herrero, Susana Rinaldi, El Otro Yo- buscaremos instalar con música, la necesidad de hacer realidad nuestra Ley.

Para decirlo en jerga musical, venimos a tempo y bastante afinaditos.

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