Esto se ve agravado por las dos leyes sacadas por el kichnerismo, la ley corta y la ley larga: la eximición de impuestos a las empresas petroleras que más ganan en el mundo y la provincialización de los recursos petroleros, en contrapartida del artículo Nº 40 de la Constitución de 1949. Si queremos revertir esta situación el único camino posible es la reestatización de todos los recursos energéticos, fundamentalmente el petroleo y el gas.
Son 185.000 millones de dólares la renta de nuestro petroleo que se llevaron las empresas privatizadas en estos años. Esta renta en manos del estado terminaría con la precariedad de la educación, de la salud y permitiría pagar sueldos dignos. Además, se terminaría con el triste espectáculo de ver colas de automóviles en las estaciones de servicios a menos de 2 km. de la destilería más grande del país.