Este año, y después de muchísimo tiempo, se resolvieron favorablemente los casos de Alfredo Vidal, Daniel Tauil y Marta Raggio, ¿qué análisis hace de los tres casos?
En los tres casos la presencia permanente y protagónica de la AJB fue determinante. La negación de derechos cívicos en el caso Vidal, la arbitrariedad y persecución de un trabajador en Tauil, y la violencia laboral que originó la causa Raggio, son temas sobre los cuales el gremio tiene posiciones inalterables a lo largo del tiempo.
El paso de los años (17 en Vidal y 10 en Tauil) no fue motivo de desaliento para abandonar a su suerte a estos dos compañeros. Por el contrario, se luchó denodadamente sobre todo en el primero de ellos, para lograr que las causas avanzaran y tuvieran la sentencia final.
El particular caso de Horacio Alfredo Vidal demuestra en principio dos cosas: el profundo sentido antidemocrático de la Suprema Corte, que dejó cesante al compañero; y en segundo lugar el desprecio, o al menos la indiferencia, ante el agravio sufrido por un ciudadano al que se le negó groseramente su derecho constitucional a ser elegido para ejercer cargos políticos electivos. La prueba de esto es el tiempo transcurrido entre la presentación de la demanda y la sentencia. Son dignos de resaltar la entereza, la determinación y las convicciones del compañero Vidal, que no aceptó en aquel momento la amenaza del Tribunal Superior y defendió sus derechos.
Más allá del daño que sufrió moral y económicamente, la reincorporación de Vidal al Poder Judicial es un triunfo enorme que trasciende los límites del Poder Judicial.
Tauil es un caso típico de persecución sistemática contra un trabajador, con las consecuencias de deterioro importante de su salud. Sin embargo, una vez más la arbitrariedad y el autoritarismo se hicieron presentes y el compañero terminó cesanteado.
Es importante resaltar que la AJB tuvo una actitud solidaria con el Compañero asistiéndolo en todo el proceso (sumario administrativo, causa judicial) y también garantizándole un empleo que le permitiera enfrentar la situación.
El caso Raggio, por su parte, sintetiza el accionar violento de un juez y la respuesta colectiva de los trabajadores. No fue nada fácil contener y asistir a los compañeros víctimas de la violencia laboral y moral ejercida por esta ex jueza. Las consecuencias físicas y síquicas son elocuentes. Los temores, las angustias, las dudas se sucedieron permanentemente en estos trabajadores que recién pudieron sentirse realmente aliviados el último 7 de marzo a la madrugada, cuando se leyó la sentencia que destituyó a Marta Alicia Raggio. Fue un largo proceso, muy doloroso, donde una vez más la solidaridad de los compañeros y la firmeza del gremio hicieron posible llegar a este inédito fallo que establece, por primera vez en la Argentina, que un juez haya sido destituido por ejercer violencia laboral sobre sus trabajadores.
- ¿Qué propuestas tiene la AJB para evitar, disminuir o morigerar el impacto que tiene el abuso de autoridad y la violencia laboral hacia los trabajadores judiciales?
La violencia laboral es un flagelo que existe a escala mundial, tanto en el sector privado como estatal. En el caso del Poder Judicial, este fenómeno se ve favorecido por las características casi feudales de la relación laboral. Desde hace muchos años en la AJB venimos trabajando en el análisis, diagnóstico y resolución de este problema. Son numerosos y muy importantes los aportes en ese sentido, a tal punto que forma parte del bagaje de documentos y estrategias de la Federación Judicial Argentina. Especial mención para el Compañero Carlos Manzo que viene asumiendo la mayor carga en la labor científica y política sobre violencia laboral. Sus aportes son de gran utilidad para entender desde sus entrañas a esta actitud verdaderamente perversa que azota a gran parte de los trabajadores judiciales.
En este marco, las líneas de acción son: a) contención del/los compañeros; y b) denuncia y accionar político-gremial. Es importante que el problema se complejize y que toda la oficina se involucre, aunque se trate de violencia ejercida sobre uno solo de sus integrantes.
De manera complementaria, hay que destacar la vigencia de la ley sobre violencia laboral vigente en la provincia de Buenos Aires, cuya violación por parte de la ex jueza Raggio fue decisiva para fundar la sentencia de destitución.
- ¿Qué reflexión le merece el rol de la Corte, en su carácter de empleadora, en los tres casos y ante la violencia laboral en tribunales?
La actitud de la Corte no es pareja. Así como cesanteó a Vidal y Tauil, luego y con otra composición, resolvió sus reincorporaciones. En el caso Raggio, junto a la Procuración, tuvieron una correcta actuación: una porque impulsó las actuaciones preliminares, y la otra porque dictaminó a favor de la formación del Jurado de Enjuiciamiento.
Sin embargo fue decisiva la presión política ejercida por la AJB, porque de lo contrario se hubiera corrido el riesgo de una sentencia favorable a decretar la incapacidad de la denunciada, y su inmediata jubilación dejando sin sanción a Raggio.
En estos momentos se siguen sucediendo casos de violencia laboral en tribunales y adquiere particular importancia lo que ocurre en el Ministerio Público. Por lo tanto exigimos que la Suprema Corte y la Procuración General se esponsabilicen por las conductas violentas de magistrados y titulares de oficinas, no permitiendo ni tolerando tales acciones.
Creo que se lograría un gran avance si se pudiera establecer una relación fluida y responsable entre la AJB y la Suprema Corte. En ese sentido es vital avanzar en la aprobación de la ley de paritarias de nuestro sector para que sirva de marco regulatorio de la relación laboral y política-institucional y paralelamente profundizar en la confección del Convenio Colectivo de Trabajo.
En el proximo periódico En Marcha (que aprece esta semana), reflexionan sobre estos tres casos Daniel Pérez Guillén secretario gremial de la AJB y Antonio Cortina, asesor legal del gremio.