En comunicación telefónica, Raúl Calamante, secretario general de la regional Mar del Plata, sostiene que la marcha “tiene que ser un mensaje bien claro, ya que se debe avanzar en políticas distributivas que lleguen al conjunto del pueblo. Hay que garantizar que el estado llegue a los sectores más postergados, porque cualquier política que beneficie a los trabajadores formales no llega a aquellos que se encuentran desprotegidos”. Agregando que “en Mar del Plata, el sector pesquero tiene al 80% de los trabajadores bajo fraude laboral (cooperativas truchas) o en negro. A ellos no les llegan las políticas que intentan paliar la situación”. Refiriéndose al rol del estado, Jorge Carrizo, secretario general de San Isidro dijo que, “se necesitan políticas sociales que contemplen las expectativas de todos los chicos que hoy padecen en la provincia el tema de la pobreza. El año que viene debemos seguir trabajando con esto”.
El compañero Esteban Paganini, secretario general de Tigre entendió que “Vivimos en un país donde el estado no garantiza el derecho elemental que es la alimentación –y resaltó que- la verdad que ver 10 cuadras de compañeros apoyando a los niños nos dice que es el camino que tenemos que seguir. El hecho de construir consensos con organizaciones hermanas, en base a los reclamos que se levantaron en la marcha es muy positivo. El compromiso es seguir construyendo unidad”.
Sintetizando estas visiones, Carlos Leavi, secretario general de la regional La Plata – Ensenada afirmó que “fue uno de los mayores niveles de unidad popular en los últimos años por un reclamo concreto y específico que beneficia directamente a los pibes. Ir a la Plaza, reclamando por nuestros pibes, pero a su vez, con propuestas concretas y con esa alegría, fue uno de los ejemplos más claros de lo que debemos construir en política”.
Una jornada histórica
Para Hugo Gasalla, secretario general de CTA Almirante Brown: la marcha fue importante, muy numerosa, y marca el crecimiento de la Central y lo justificado de sus reclamos. Jorge Larrañaga, secretario general de Necochea – Lobería, se emocionó ante “una marcha simple y sencilla que logró los objetivos que buscábamos, que la gente se diera cuenta de que somos muchos y estamos dispuestos a cambiar este país”.
En cuanto a los discursos, Hugo Durán, secretario general de CTA Lanús entendió que “fueron muy buenos, en cuanto al sentido político de lo que se quiere construir”. “Los discursos fueron muy buenos”, dijo Marcelo Marelli, secretario general de San Pedro, “fue una demostración de fuerza positiva. Si el gobierno nacional no está mirando esta marcha es porque está mirando otro canal”.
Mario Pennini, secretario de Lomas de Zamora reflexionó acerca del alcance de la movilización: la CTA demostró que pudo conducir un espectro muy amplio de organizaciones sociales y llenar la Plaza de Mayo. Hubo un salto cualitativo, a pesar que los medios le quisieron bajar el precio a la marcha. Siento que fue como ponerse los pantalones largos.
Pensando en este poder de convocatoria, Héctor Cabrera, secretario de Morón – Ituzaingó – Hurlingham, dijo que “la CTA está instalada en la sociedad, tiene una legalidad absoluta, creo que estamos interpretando cabalmente las necesidades del pueblo que quiere cambios profundos de manera acorde a lo que sucede en Latinoamérica”.
Fue una manera de cerrar un año de muchísima militancia –dijo María Reigada, secrearia general de La Matanza -. Fue una muestra de lo que estamos decididos a defender. La defensa de nuestros niños y la consigna de que la crisis no la deben pagar los trabajadores, son los ejes de trabajo para el año que viene.
“El objetivo se logró, ahora hay que ver que respuestas del gobierno recibimos”, enfatizó Julio Miguenz, secretario de Junín – 9 de Julio – Bragado. Marta Reyes, de San Miguel concluyó que “fue como un suspiro, lo hicimos. La verdad fue muy emotiva”.