En lo que va de 2023 la economía argentina viene mostrando una desaceleración con una fuerte caída en las exportaciones a raíz de la reciente sequía. Los últimos indicadores muestran que la economía argentina ha registrado tres meses seguidos con contracciones interanuales superiores al 4%, con una influencia decisiva del
desempeño del sector agropecuario. Si bien la actividad industrial todavía mostraba variaciones positivas (+2.2% en los primeros cinco meses), la misma también se ha desacelerado significativamente debido a la ralentización del consumo interno y a las dificultades para acceder al dólar oficial para importar insumos.
La escasez de dólares es el principal problema que viene enfrentando la economía argentina en los últimos años junto a la inflación, que en parte es consecuencia de ello. Si bien entre 2019 y 2022 el balance comercial fue positivo, el Banco Central siguió perdiendo reservas. Ello se debió los déficits generados por los servicios, el pago de intereses y de capital de la deuda externa y la formación de activos externos. Esta situación se vio agravada este año por los efectos de la sequía, que determinaron un déficit comercial acumulado a julio de USD 5.000 millones con una pérdida neta de reservas por más de USD 20.000 millones. La acumulación de reservas es clave para evitar nuevas devaluaciones que aceleren la inflación y un mayor deterioro del poder adquisitivo del salario.
La actividad económica en la provincia de Buenos Aires se vio muy afectada como consecuencia de la sequía, mostrando una desaceleración más pronunciada que a nivel nacional. Esta también afectó significativamente las exportaciones provinciales, las cuales cayeron un 20% en lo que va del año. Si bien, en consonancia con el nivel de actividad, el crecimiento del empleo formal privado se ralentizó, este continuó aumentando hasta alcanzar un récord en abril. En cambio, la trayectoria de los salarios privados fue más sinuosa a raíz de la aceleración inflacionaria, con una caída importante a mediados del 2022 y una recuperación parcial a partir de noviembre
que, no obstante, fue insuficiente para recuperar todo lo perdido, mientras que los salarios del sector público bonaerense se han movido más en línea con la inflación, evitando así grandes pérdidas en el poder adquisitivo.