Una testigo dio indicios de que la maternidad donde dieron a luz las desaparecidas embarazadas comenzó a ser preparada en 1975. Por la tarde declara otro sobreviviente del horror.
“Juro en contra de la impunidad, por la verdad histórica, por estas chispas de Justicia y porque se profundice esta política de Estado”. Así fue el juramento de la ex detenida desaparecida Perla Diez en el inicio de la sexta audiencia del juicio oral a 21 acusados de cometer de delitos de lesa humanidad en el centro clandestino La Cacha de La Plata, durante la última dictadura cívico militar. La testigo dio indicios que en el año 1975 se estaba preparando la maternidad clandestina.
La testigo es la ex esposa del desaparecido Jorge Moura (hermano de los integrantes del grupo musical Virus), conocido por su nombre de guerra “Sargento Manuel” cuando integraba las filas del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), brazo armado del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT), agrupación política en la que militaba también la mujer.
Relató el parto que protagonizó en la maternidad de Olmos, cuando tuvo a su hija Lucía en muy precarias condiciones, en la madrugada del 9 de noviembre de 1975. Para esta fecha, ya "habían hecho refacciones, todo a las apuradas, venían preparando la maternidad, era una mugre total. No había remedios ni gasas. Yo fui la que la bauticé”, declaró la ex detenida.
Con mucho esfuerzo, Perla Diez tuvo a su hija, quien a los 10 meses fue entregada a su familia. La ex detenida relató que momentos después del alumbramiento "una patota irrumpe en el lugar, con el jefe de Sanidad, Rodolfo Leone, que dijo: ‘Este parto estuvo perfecto, todo estuvo en su lugar’. Le dije que no era así y que esto se iba a saber en todos lados".
Diez también mencionó al pediatra de la cárcel, Néstor Siri, de quien dijo que entonces ejercía en el Hospital de Niños de La Plata: "Era indiferente, negligente. Uno sentía que no tenía status para hablar de la salud de los chicos, respondía a sus superiores".
La ex presa política aseguró que mientras estaba detenida en la unidad penal de Olmos “por la noche venían las celadoras y nos pedían bombachas y toallas femeninas, había movimiento extraños”, dando a entender que lo obtenido era para ser llevado a la maternidad clandestina.
La mujer había sido detenida por decreto del Poder Ejecutivo Nacional el 26 de febrero de 1975, en Mar del Plata. Estuvo presa en un lugar denominado "el Chalet", y en la comisaría 4° de esa ciudad. A mediados de 1975, fue trasladada a Olmos.
Perla Diez habló sobre los secuestros de sus familiares. La sobreviviente contó que el 7 marzo de 1977 fue secuestrado Jorge Horacio Moura, su entonces marido y padre de su hija nacida en cautiverio. Esto ocurrió en su casa de City Bell. El mismo día secuestraron también a la hermana de Perla, Diana Diez, y al esposo de ésta, Alberto Rentani. Las tres personas permanecen desaparecidas.
En 1982 la testigo salió de la cárcel bajo la figura de “libertad vigilada”. Sobre el final de su exposición dedicó su testimonio “a todos los revolucionarios de ayer, de hoy y de siempre”.
Tras un breve cuarto intermedio declaró Mariano Gastón Contardi. Su padre Rubén Oscar sigue desaparecido. Su abuelo materno, Alfredo Temponi, también fue secuestrado. Era el chofer de Marta Hourquebie de Francese, esposa de Antonio Bautista Bettini, padre de Carlos Bettini actual embajador argentino en España.
Por la tarde se espera la exposición del ex concejal radical platense, Javier Quinterno, también declarante en el juicio oral por el Plan Sistemático de robo de bebés. En ese juicio oral dijo haber tenido contacto directo con María Isabel Corvalán, la madre de Natalia Suárez Nélson, la mujer que de niña fuera apropiada por el cantante de tangos Omar Alonso, juzgado por ese hecho en La Plata.
El militante radical rememoró que durante un diálogo que la mujer mantuvo con uno de los guardias, éste la informó que su marido Mario César Suárez Nelson había caído durante el enfrentamiento en la casa de La Plata.
El expediente. El tribunal decidió unificar tres causas en este proceso que tiene a 147 víctimas. Trece ex integrantes del Destacamento de Inteligencia 101 del Ejército (Carlos del Señor Hidalgo Garzón, Jorge Héctor Di Pasquale, Gustavo Adolfo Cacivio, Ricardo Armando Fernández, Luis Orlando Perea, Roberto Armando Balmaceda, Emilio Alberto Herrero Anzorena, Carlos María Romero Pavón, Anselmo Pedro Palavezzati, Raúl Ricardo Espinoza, Rufino Batalla, Claudio Raúl Grande y Miguel Ángel Amigo, juzgado por una causa residual) junto a dos penitenciarios: Héctor Raúl “El Oso” Acuña e Isaac Crespín Miranda.
También están sentados en el banquillo de los acusados cuatro policías bonaerenses (Miguel Osvaldo Etchecolatz, director general de Investigaciones; Eduardo Gargano, director general de Seguridad; Horacio Elizardo Luján, jefe de la Unidad Regional La Plata, y Julio César Garachico, también de la Unidad Regional La Plata). Un militar retirado de la Armada, Juan Carlos Herzberg, integrante de la Fuerza de Tareas 5 y el civil, Jaime Lamont Smart (ex ministro de Gobierno).
Cabe agregar que dos importantes represores que estuvieron imputados se libraron del juicio por la llamada “impunidad biológica” ya que fallecieron durante la sustanciación de las actuaciones. Ellos son el ex jefe del Destacamento 101 de Inteligencia de La Plata, coronel Arias Duval, y el ex gobernador de la provincia de Buenos Aires, general Ibérico Saint Jean.
Entre los casos que se investigan en este megajuicio están los de Laura Carlotto, hija de la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, y la privación ilegítima de la libertad de Antonio Bautista Bettini, padre de Carlos Bettini, actual embajador argentino en España. Además, se juzga la sustracción de Matías y Gonzalo Reggiardo Tolosa y de Natalia Suárez Nelson, nacidos mientras sus madres estaban cautivas en ese centro clandestino de detención, tras lo cual fueron apropiados y décadas más tarde recuperaron su identidad.
Los represores bautizaron al centro clandestino ubicado detrás de la cárcel de Lisandro Olmos en honor a Cachavacha, la bruja de un dibujo animado de Manuel García Ferré. Su escoba tenía poderes mágicos: era capaz de hacer desaparecer aquello que barría. Estaba en manos del Servicio de Inteligencia del Ejército (Destacamento 101) y dependía operacionalmente de la Décima Brigada de Infantería de La Plata. Y reportaba, a su vez, a dos estructuras militares: al Primer Cuerpo de Ejército y al Batallón de Inteligencia 601.
El campo estaba entre calles 191, 196, 47 y 52 (vías del ferrocarril Belgrano), contigua al penal de Olmos, en las antiguas instalaciones de Radio Provincia, en Lisandro Olmos, partido de La Plata.
Fuente: Diario Diagonales
Por Martín Soler
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Foto: Matías Adhemar