La confusión del ex centro clandestino de detención durante la dictadura, conocido como "El Pozo de Quilmes", con un bache más en la ciudad, motivada en la pregunta de un periodista en el marco del acto oficial por los cuarenta años del golpe genocida, constituyó un agravio, por desprecio o por ignorancia, para todas las víctimas de la represión ilegal.
El "Pozo" constituye un lamentable emblema del horror. Nadie que haya leído los diarios, incluso en tiempos recientes, puede desconocer que, el ahora condenado médico policial Jorge Bergés, llevó a Silvia Mabel Isabella Valenzi, que estaba secuestrada en el Pozo, sito en Allison Bell y Garibaldi, a parir al Hospital de Quilmes, distante apenas unos metros. Que luego desaparecieron la pequeña bebe, Rosita, la partera María Luisa Martínez y la enfermera Generosa Frattasi. Incluso fue la policía ya comandada por el Intendente Molina, la que protegió de manera intimidante la casa de Bergés, cuando en diciembre pasado un grupo de manifestantes repudió la prisión domiciliaria del genocida.
En el "Pozo" se torturó y desapareció. Pasaron por ese lugar de tormento los pibes de la "Noche de los Lápices". Emilse Moler dio testimonio de ello, al igual que Pablo Díaz.
Allí estuvo secuestrado el Ex Intendente Francisco "Barba" Gutierrez, a quien Molina sucedió en el cargo. Y, por gestión del primero, el sitio se encuentra señalizado con centro clandestino de detención, al igual que el "Puesto Vasco" próximo a la Estación de Don Bosco.
Por todo esto repudiamos esta afrenta a la memoria histórica de los Quilmeños y a las víctimas de los años más oscuros de nuestra Patria.
CTA de los Trabajadores Quilmes