El trabajo infantil no es aprendizaje, no es la “escuela de la calle”, es explotación Infantil, es negar el derecho a jugar, a soñar, a educarse, a desarrollar su potencial con dignidad, a SER NIÑE.
Constituye una violación de los derechos humanos fundamentales, que produce daños físicos y psicológicos para toda la vida, y en el vínculo del esa explotación dentro de los hogares más humildes, perpetúa la pobreza durante generaciones.
Las consecuencias de la pandemia del Covid-19 puede afectar especialmente a la niñez. Es compromiso de todos que les niñes jueguen, se eduquen y sueñen. Protejamos a les niñes contra el trabajo infantil.