Hemos ido abordando nuestras diferencias para construir y avanzar en acuerdos sólidos que nos permitan fortalecer la unidad.

Tengo una inmensa alegría al ver como este proceso corona años de trabajo, iniciativas y actitudes firmes.

Lamentablemente la división de la Central impactó negativamente entre los/as trabajadores/as de nuestras organizaciones. Más allá de posicionamientos que tomamos en determinado momento histórico, y de los cuales nos hacemos cargo, es hora de sanar esas heridas y unir fuerzas.

Es crucial definir cuales son las contradicciones principales. Ya lo hicimos antes enfrentando juntos al neoliberalismo, el ajuste y la represión.
Ahora, debemos construir las condiciones para la unidad.

La organización y la unidad son fundamentales. No hay lugar para mezquindades ni protagonismos. La derecha lo tiene claro: nos ataca sin titubeos, mientras abraza a Milei, aunque los insulte. Su objetivo es siempre el mismo: debilitar a los trabajadores y al movimiento popular.

Si seguimos caminos diferentes, la derecha tendrá años asegurados en el poder, quitando derechos y entregando el país. Por eso es tan importante el trabajo conjunto de la CTA-T, CTA-A, CGT y las organizaciones sociales.

Debemos volver a las multisectoriales, esos espacios de debate y encuentro donde organizaciones sindicales, políticas y sociales, la iglesia, comerciantes, pymes y productores pueden participar.

¡Es hora de reconstruir esos lazos y sumar todas las voces a esta lucha!