Fue la segunda en una semana, y en ella participamos junto un nutrido grupo de vecinos y a diversas organizaciones, como la Federación de Sociedades de Fomento, la CGT, la agrupación Movilización Olavarriense, concejales electos de la Coalición Cívica, representantes de 7 sociedades de Fomento, la UCR, Sindicato de Municipales, Sindicato de Canillitas, concejales de distintas bancadas opositoras y vecinos de varios barrios de la ciudad.
La asamblea acordó concurrir a la sesión para impedir su tratamiento y lograr que el próximo gobierno electo sea quien asuma la tarea de discutir el aumento.
El día del tratamiento más de un centenar de vecinos ocupamos el recinto de sesiones del Concejo Deliberante tratando de impedir el aumento de las tasas. La sala había sido dispuesta de tal forma que no posibilitaba el acceso del público, por lo que los vecinos tuvimos que entrar entre empujones y forcejeos, traspasando el cordón policial dispuesto.
Finalmente, con dos horas de atraso, el oficialismo aprobó la suba de tasas, sin la presencia de la oposición, en una sesión vergonzosa que transcurrió entre el abucheo continuo, cánticos, petardos y un himno entonado varias veces.
Varias de las instituciones y organizaciones que participamos de la asamblea popular, quedamos convocados para seguir discutiendo sobre la asignación y distribución de los recursos en un municipio que cuenta con un abultado presupuesto y sin embargo tiene a gran parte de su población sin servicios básicos como red de agua potable y cloacas.
