Este informe de OIT Argentina destaca la caída de 14.5 puntos porcentuales en el empleo asalariado no registrado entre 2003 y 2012, a partir del desempeño económico y de las políticas públicas implementadas en los últimos años. No obstante, la informalidad permanece aún en niveles elevados.

La Oficina de País de la OIT para la Argentina elaboró un informe sobre la informalidad laboral en Argentina entre 2003 y 2012 con un doble objetivo. Por un lado, caracterizar la reducción reciente del empleo no registrado en el país, buscando, asimismo, identificar y caracterizar los segmentos “críticos” en los que persisten núcleos duros de precariedad e informalidad. Por otro lado, describir las políticas públicas implementadas en los últimos años para abordar el fenómeno del empleo informal, incluido la reciente la Ley de Promoción del Trabajo Registrado y Prevención del Fraude Laboral promulgada en mayo de 2014, y analizar los desafíos que se presentan para profundizar su reducción.

En relación al primer aspecto, se destaca la caída de 14,5 p.p. en el empleo asalariado no registrado entre 2003 y 2012. Esta reducción implica un quiebre respecto a la trayectoria ascendente que se observó en décadas anteriores. No obstante, debe tenerse en cuenta que la informalidad aún permanece en niveles elevados, afectando al 34% de los trabajadores asalariados y al 58% de los trabajadores independientes. La tasa de informalidad laboral estimada para el total de ocupados se ubicaría en torno al 44%.

La reducción en el nivel de empleo asalariado no registrado observado en los últimos años esconde diferencias sustanciales por sector de actividad, tamaño de empresa y calificación de los trabajadores, entre otros atributos de los empleados y de las unidades productivas donde éstos se desempeñan. Así, es posible identificar un núcleo crítico compuesto por la industria de la indumentaria, dentro del sector manufacturero, los pequeños y medianos establecimientos (en particular los de la construcción y el comercio), el trabajo doméstico, el empleo por cuenta propia y el empleo en el sector rural.

En relación a las políticas implementadas, se pondera el enfoque adoptado para el combate de la informalidad, que integra y articula programas y acciones de diversa índole, tanto sociolaboral como económica, y que ha contribuido a la reducción del empleo no registrado. No obstante, si bien dicha estrategia ha sido exitosa, ciertas circunstancias de la actual coyuntura como la ralentización del crecimiento y la concentración de la informalidad en segmentos muy precarios y desarticulados de las cadenas de valor, obligan a fortalecer y rediseñar la estrategia. En relación a esto último, resulta auspicioso el nuevo conjunto de medidas diseñadas para promover el empleo registrado y prevenir el fraude laboral (Ley 26.940; mayo de 2014).

La informalidad tiene serias consecuencias para los trabajadores y sus familias, las empresas y también para la sociedad en general. Desde la Organización Internacional del Trabajo se ha identificado la formalización del empleo como un área prioritaria a nivel global, regional y nacional. En relación al ámbito nacional, la reducción de la precariedad laboral, el empleo no registrado y la informalidad ha sido definida, de manera tripartita por los constituyentes de la OIT, como una prioridad en el Programa de Trabajo Decente por País para Argentina.

Comentar este artículo

Juntar