Conmemoramos este 16 de septiembre el 42 aniversario de uno de los hechos más criminales producidos por la última dictadura cívico – militar: el secuestro y desaparición de estudiantes secundarios de La Plata, la CTA provincia de Bs. As los recuerda por su lucha por un país con con soberanía política, independencia económica y justicia social.

El 16 de septiembre de 1976, 10 estudiantes secundarios de la Escuela Normal Nº 3 de la Plata, son secuestrados tras participar en una campaña por el boleto estudiantil. Todos tenían entre 14 y 17 años. El operativo fue realizado por el Batallón 601 del servicio de Inteligencia del ejercito y la Policía de la Provincia de Buenos Aires, dirigida en ese entonces por el general Ramón Camps, que califico al suceso como "accionar subversivo en las Escuelas". Este hecho es recordado como "La noche de los lápices".

"Porque eran militantes comprometidos con las causas populares, desde jóvenes, con trabajos solidarios, sociales y políticos, muchos jóvenes fueron brutalmente perseguidos por la dictadura militar que comenzó en marzo del ’76.

Uno de los aspectos más dramáticos de la represión vivida en aquellos años fue el secuestro de adolescentes. Llegaron a 250 los desaparecidos que tenían entre 13 y 18 años, claro que no todos estudiaban. Muchos se habían visto obligados a abandonar la escuela para incorporarse al mundo del trabajo.

Pero de los procedimientos utilizados surge claramente que no se trataba de hechos aislados, sino de una investigación pormenorizada en distintas escuelas. En una entrevista concedida a un grupo de padres, un coronel de Campo de Mayo les expresó que se llevaban a los jóvenes que habían estudiado "en colegios subversivos para cambiarles las ideas".

Levantaron chicos en algunos colegios que tenían "marcados" y enemigos eran todos aquellos estudiantes que se preocuparan por los problemas sociales, por fomentar entre los estudiantes la participación y la defensa de los derechos de los mismos.
Hoy a 42 años los jóvenes y la militancia en su conjunto seguimos levantando sus banderas, las que nos legaron.

Y frente a un escenario de avance de políticas antipopulares redoblamos el compromiso militante para para poner un freno a este modelo de opresión y exclusión, para avanzar por las conquistas arrebatadas y para profundizar todas aquellas por las que luchamos, por eso, en cada centro de estudiantes, en cada organización barrial o política, en cada universidad, esas banderas están mas altas que nunca y seguirán flameando para que ese país con el que tanto soñaron nuestros 30.000 compañeros vuelva a ser realidad.